UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





miércoles, 17 de agosto de 2011

Lectio Divina : Jueves 18 de Agosto 2011 : Evangelio según Mateo 22,1-14. : (20ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)


Lectio Divina : 
Jueves, 18 Agosto, 2011
Evangelio según Mateo 22,1-14. 
(20ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)


1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has preparado bienes inefables para los que te aman; infunde tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas, consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor.


2) Lectura del Evangelio
Evangelio según San Mateo 22,1-14.
Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:
"El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: 'Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas'.  Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.  Luego dijo a sus servidores: 'El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.  Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren'.  Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
'Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?'. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: 'Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes'.
Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".
Palabra del Señor
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3) Reflexión
• El evangelio de hoy narra la parábola del banquete que se encuentra en Mateo y en Lucas, pero con diferencias significativas, procedentes de la perspectiva de cada evangelista. El trasfondo, sin embargo, que llevó a los dos evangelistas a conservar esta parábola es el mismo. En las comunidades de los primeros cristianos, tanto de Mateo como de Lucas, seguía bien vivo el problema de la convivencia entre judíos convertidos y paganos convertidos. Los judíos tenían normas antiguas que les impedían comer con los paganos. Después de haber entrado en la comunidad cristiana, muchos judíos mantuvieron la costumbre antigua de no sentarse en la mesa con un pagano. Así, Pedro tuvo conflictos en la comunidad de Jerusalén, por haber entrado en casa de Cornelio, un pagano y haber comido con él (Hec 11,3). Este mismo problema, sin embargo, era vivido de forma diferente en las comunidades de Lucas y en las de Mateo. En las comunidades de Lucas, a pesar de las diferencias de raza, clase y género, tenían un gran ideal de compartir y de comunión (Hec 2,42; 4,32; 5,12). Por esto, en el evangelio de Lucas (Lc 14,15-24), la parábola insiste en la invitación dirigida a todos. El dueño de la fiesta, indignado con la desistencia de los primeros invitados, manda a llamar a los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los mancos para que participen en el banquete. Con todo, sobran sitios. Entonces, el dueño de la fiesta manda invitar a todo el mundo, hasta que se llene la casa. En el evangelio de Mateo, la primera parte de la parábola (Mt 22,1-10) tiene el mismo objetivo de Lucas. Llega a decir que el dueño de la fiesta manda entrar a “buenos y malos” (Mt 22,10). Pero al final añade otra parábola (Mt 22,11-14) sobre el traje de la fiesta, que insiste en lo que es específico de los judíos, a saber, la necesidad de pureza para poder comparecer ante Dios.
• Mateo 22,1-2: El banquete para todos. Algunos manuscritos dicen que la parábola fue contada para los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. Esta afirmación puede así servir como llave de lectura, pues ayuda a comprender algunos puntos extraños que aparecen en la historia que Jesús cuenta. La parábola empieza así: ""El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir”. Esta afirmación inicial evoca la esperanza más profunda: el deseo de la gente de estar con Dios para siempre. Varias veces en los evangelios se alude a esta esperanza, sugiriendo que Jesús, el hijo del Rey, es el novio que viene a preparar la boda (Mc 2,19; Apc 21,2; 19,9).
• Mateo 22,3-6: Los invitados no quisieron venir. El rey hizo unas invitaciones muy insistentes, pero los invitados no quisieron ir. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron”. En Lucas, son los cometidos de la vida cotidiana que impiden aceptar la invitación. El primero le dijo: `He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses.' Y otro dijo: `He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses.' Otro dijo: `Me acabo de casar, y por eso no puedo ir.” (cf. Lc 14,18-20). Dentro de las normas y las costumbres de la época, aquellas personas tenían el derecho, y hasta el deber, de no aceptar la invitación que se les hacía (cf Dt 20,5-7).
• Mateo 22,7: Una guerra incomprensible. La reacción del rey ante el rechazo, sorprende. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad”. ¿Cómo entender esta reacción tan violenta? La parábola fue contada para los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo (Mt 22,1), los responsables de la nación. Muchas veces, Jesús les había hablado sobre la necesidad de conversión. Llegó a llorar sobre la ciudad de Jerusalén y a decir: "Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: “¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita." (Lc 14,41-44). La reacción violenta del rey en la parábola se refiere probablemente a lo que aconteció de hecho según la previsión de Jesús. Cuarenta años después, fue destruida (Lc 19,41-44; 21,6;).
• Mateo 22,8-10: La invitación permanece en pie. Por tercera vez, el rey invita a la gente. Dice a los empleados: El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.  Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren'.  Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados“. Los malos que eran excluidos como impuros de la participación en el culto de los judíos, ahora son invitados, específicamente, por el rey para participar en la fiesta. En el contexto de la época, los malos eran los paganos. Ellos también son convidados para participar en la fiesta de la boda.
• Mateo 22,11-14: El traje de fiesta. Estos versos cuentan como el rey entró en la sala de fiesta y vio a alguien sin el traje de fiesta. El rey preguntó: 'Amigo, come fue que has entrado aquí sin traje de boda?' Él se quedó callado. La historia cuenta que el hombre fue atado y echado a las tinieblas. Y concluye: Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos”. Algunos estudiosos piensan que aquí se trata de una segunda parábola que fue añadida para ablandar la impresión que queda de la primera parábola donde se dice que “malos y buenos” entraron para la fiesta (Mt 22,10). Lo mismo, admitiendo que ya no es la observancia de la ley que nos trae la salvación, sino la fe en el amor gratuito de Dios, esto en nada disminuye la necesidad de la pureza de corazón como condición para poder comparecer ante Dios.

4) Para la reflexión personal
• ¿Cuáles son las personas que normalmente son invitadas a nuestras fiestas? ¿Por qué? ¿Cuáles son las personas que no son invitadas a nuestras fiestas? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los motivos que hoy limitan la participación de muchas personas en la sociedad y en la iglesia? ¿Cuáles son los motivos que ciertas personas alegan para excluirse del deber de participar en la comunidad? ¿Son motivos justos?

5) Oración final
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu. (Sal 51,12-13)