UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 20 de agosto de 2010

Lectio Divina : Viernes 20 de Agosto : Evangelio según San Mateo 22,34-40 : ( 20ª Semana del Tiempo Ordinario-Ciclo C)


Lectio Divina : 
Viernes, 20 Agosto, 2010
Evangelio de Mateo 22,34-40 
20ª Semana del Tiempo Ordinari

1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has preparado bienes inefables para los que te aman; infunde tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas, consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor.

2) Lectura del Evangelio

Evangelio según San Mateo 22,34-40.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".


Palabra del Señor
Sigue.....................
3) Reflexión
  • Este relato, lo traen los Evangelios de san Mateo y san Marcos, san Lucas, lo expone con un estilo distinto, mas esquemático, se puede decir que es la introducción a la parábola del Buen Samaritano.

  • Aquí se busca conocer el pensamiento de Jesús, sobre un mandamiento de la ley, seguramente éste estaba en las habituales discusiones del ambiente rabínico, porque sabemos que era común de aquel tiempo discutir sobre la importancia de los preceptos. Sucedía que de todos los mandatos, una buena parte se consideraban como positivos y otros negativos, como del mismo modo se calificaban en graves y otros en leves

  • En este ambiente surge la pregunta que se le va a hacer a Jesús. Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?". 

  • Los fariseos se caracterizaban por su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos y los saduceos eran ciertas personas, que pertenecían a la aristocracia sacerdotal judía que negaban la inmortalidad del alma, aquí en este Evangelio, el fariseo quiere probar la opinión de Jesús, con habilidad y astucia para conseguir algo con oscuros propósitos y así comprometerlo, en otras palabras, mediante una treta, busca perjudicar a Jesús.

  • Jesús insistirá en situar el precepto del amor a Dios sobre todas las cosas, en su lugar primero, absoluto y excepcional, entonces responde: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Éste es el más grande y el primer mandamiento. 

  • Luego Jesús, va a insistir y situar en su propio lugar otro mandamiento descuidado por el judaísmo y pospuesto a otros preceptos menores, entonces continúa: El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo y señala como insistiendo: De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas". Jesús da este segundo mandamiento sin que el doctor de la Ley se lo haya preguntado. ¿A qué se debe esta insistencia y la proclamación de su excelencia? 

  • Moralmente, quizás a los judíos les sonaba bien esto como un valor moral, en este caso para Jesús es un mandato. Y Jesús lo anuncia con las palabras del Levítico: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19:18). Pero en su mismo contexto se ve que este prójimo de un judío es sólo otro judío, y a lo más el “peregrino” que morase con ellos. Los samaritanos, los publícanos y las gentes de mala vida no eran para ellos prójimo; los samaritanos y los publícanos eran positivamente odiados (Eclo 50:27.28).

  • Entonces, Jesús sitúa este precepto en el puesto que le corresponde, y lo reglamenta en función de Dios. Por eso se da aquí a este mandamiento dos características. Por una parte saca el concepto de prójimo de los estrechos límites judíos para darle la universalidad de lo “humano”; es la doctrina de Jesús. Por otra parte, El pone y destaca la gravedad e importancia del mismo, al ponerlo, por encima de todas las insignificancias y pequeñeces del amor de Dios, porque no hay otro mandamiento mayor que éstos. Precisamente el precepto del amor al prójimo es “semejante” al mandamiento del amor a Dios. “La semejanza está en la caridad, que no va al prójimo sino por amor de Dios.” Pero lo que aquí también se urge es la gran obligación semejante al primero, la práctica del amor al “prójimo”

  • El amor a Díos, y el amor al prójimo, sumados las dos recopilan y sintetizan toda la Ley, de estos preceptos las leyes restantes cobran mucho sentido.

  • Este es nuestro deber, “Amarás”, y con todo el corazón, sin ninguna restricción y con todo lo que te da la vida, con toda el alma, esto con el primer principio de nuestra vida, lo mas importante, la parte espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, y que, junto con el cuerpo, constituye su esencia humana, con toda la mente, con la capacidad intelectual humana, con el pensamiento, mas allá de toda imaginación y voluntad. Esto es amar con todo lo que hemos recibido de Dios, por tanto con todo lo que podemos acercarnos a Dios y estar con El.

  • Así es como Jesús, nos exige un amor total, El no aceptas un amor parcial o limitado, y lo mismo nos enseña y nos exige, la entrega y el amor, tanto a Dios como al prójimo. Eso quizás fue sorprendente para el fariseo, Jesús puso al mismo nivel los dos mandamientos, y así lo aclara el evangelio cuando diciendo “De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".

  • Para nosotros, cristianos, seguidores de Jesús, debemos ser absolutamente contrarios a cualquier sentimiento acentuado de hostilidad, antipatía, rechazo y odio a los hombres, sin embargo es algo con lo que convivimos a diario, esta a la vista de cualquiera en la familia, en la amistad, con los vecinos, con los que piensan diferente, entre los políticos, entre las naciones y pueblos.

  • Esto es los que nos enseña Jesús, el hombre es imagen de Dios, y si tu amas a tu prójimo, amas a Dios, y si amas a Dios, lo amas en también en el prójimo.
  • Estos preceptos son nuestros fundamentos de la vida cristiana, ambos basados en el amor, y por amor a Dios y al prójimo, juntos el mandamiento más grande de la Ley 
  • Jesús, con estas palabras, nos ha dado a toda la Humanidad otra de esas lecciones trascendentales. Es la lección de la caridad cristiana volcándose en la fraternidad de todos los seres humanos.
  • OH Jesús, todo los que nos enseña, nos maravilla.

4) Para la reflexión personal
•Elaboremos preguntas para profundizar el Evangelio de hoy.

5) Oración final
Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas. (Sal 23,1-3)